Ya está aquí septiembre, mes de Merced y Dolores, de Gracia y Exaltación.
También lo es de
comienzo del curso escolar para estudiantes y vuelta al trabajo de la mayoría
de la población. Y la Amargura vuelve al trabajo, un trabajo queno habíamos dejado pero si
relajado un poco durante la temporada estival.
Volvemos al camino, a la enseñanza, a la búsqueda de la
calidad musical, del ritmo y la cadencia, de la armonía, de acertar con la nota exacta y cierta. Volvemos a
reencontrarnos todos y a preparar con muchísima ilusión el nuevo año, la
próxima Semana Mayor, la próxima Cuaresma, los próximos compromisos.
Esta nueva temporada se presenta muy ilusionante, con nuevos retos,
nuevos proyectos, nuevo repertorio, nuevos componentes. Savia nueva que viene
con fuerza, retoñando en cada rama, en cada cuerda, en cada voz. Nuevos
contactos, nuevos compromisos, nuevos amigos, nueva alegría e ilusión que fluye
por nuestro local de ensayo que ya, desde hoy mismo estará a pleno rendimiento a
diario.
Nada mejor que la IV rima del genial Bécquer para hacer
sonar y que nunca enmudezca el símbolo de
la música por excelencia.
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la
lira;
podrá no haber poetas; pero
siempre
habrá poesía
Nada mejor que el maestro, para expresar, para poner en rima
las emociones que fluyen al hacer música. Seguimos caminando, haciendo camino.
Mientras se sienta que se ríe el
alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el
llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y
recuerdos,
¡habrá poesía!
VA
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