Mañana es su día. Parece fácil felicitar a las madres en este primer domingo de mayo. Es su día, el día de la madre. Sin ninguna duda a nadie se le escapa lo que supone la figura de una madre. En la mayoría de casos el pilar del hogar, el soporte de toda la familia, el corazón que impulsa cada latido de cada clan.
La Amargura se suma a esta felicitación. No queremos ser más, pero tampoco menos. Todo el mundo tiene o ha tenido su madre, faltaría más. Y la VA no es menos. También tiene sus madres, las “mamis” como les llamamos.
Una madre siempre está ahí. Una madre se deja el alma por el bienestar de sus hijos. Una madre es un punto de apoyo al que aferrarse siempre, por duras que sean la circunstancias. Todos conocemos madres que han hecho absolutamente de todo por sus hijos. Madres que luchan día a día. Madres que se dejan la piel; madres que sacan su familia adelante sin contar con ninguna ayuda más. Sin embargo, en ocasiones, los colectivos también tienen sus madres. Es nuestro caso. Madres que han tirado de la banda cuando todo parecía perdido. Madres que van a limpiar y colocar el local. Madres que han ejercido de comerciales, de costureras, de trotamundos, de fotógrafas, de cocineras, de camareras, de relaciones públicas y hasta de componentes de la banda si se necesitó.
En esas fotos de la Amargura rara vez aparecen porque las guardamos para nuestra intimidad. No queda muy elegante ver una mami, por ejemplo, con una bolsa con cuatro botellas de agua en una mano, una cámara de vídeo en la otra y una cámara de fotos en el cuello siguiendo una procesión de unas cuantas horas. Tampoco sacamos a la luz esa trastienda, donde con ropa de faena están de fregoteo profundo o colocando el pincho de rigor. Todos hemos visto a las mamis haciendo esos bocatas que luego engullimos con fruición al acabar esta o aquella salida sin reparar en el tiempo o las horas que habrá restado al sueño para tener todo a punto. Todos salimos con uniformes limpios y planchaditos sin darle mayor relevancia al tiempo que habrán dedicado. Muchas veces las hemos visto en el local preparando tacos y tacos de partichelas, transportando material, buscando esto o aquello o corriendo de un lado para otro. Inasequibles al desaliento, secundando cada locura que se nos ocurre o apoyando cada nueva aventura en la que nos embarcamos. Incluso a veces, soportando sin decir ni pío los chascarrillos de alguna gente que se mofa de cuando caminan acompañando la banda porque hasta eso en este pueblo nuestro es criticable.
La próxima vez que veáis una de esas madres, por favor, miradlas con respeto. Una parte muy grande de esa banda que tanto os gusta se la debemos a ellas. Aunque no toquen ellas SIEMPRE están ahí. Ni cuando vinieron mal dadas pestañearon. Ellas, si, las mamis.
Así que, queridas mamis, a todas en general y a las de la Amargura en particular, por estas y por otras tantas cosas:
FELICIDADES
Es vuestro día
VA
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