Lunes Santo en Compostela


En la tarde de hoy, la compostelana cofradía de la Humildad y la Agrupación musical Virgen de la Amargura han renovado el contrato que vincula a la agrupación con nuestra corporación de lunes santo para la próxima estación de penitencia de 2017.
De esta forma, D David Forján, hermano mayor de la Humildad y D. Santiago Quintía, presidente de la Amargura rubricaban el acuerdo en la sede de la Amargura en Ferrol.
Este acuerdo, que nos vincula a nuestra querida hermandad de la Humildad por séptimo año consecutivo, no es una fecha en el calendario o un acuerdo económico: este acuerdo supone la oportunidad de vivir momentos llenos de emoción, de regusto cofrade encuadrado en el excepcional marco de la milenaria Compostela.
Volverá a entrar la Amargura por Casas Reais con la cabeza muy alta, con el pecho hinchado, con mucho orgullo. Sabemos a dónde vamos y con eso está todo dicho. Y esperaremos en la Travesa, para que se abran las puertas de Santa María do Camiño para entrar y de nuevo, a puerta cerrada, presentar nuestros respetos a la Reina del Lunes Santo en Compostela para posteriormente salir con el resto de hermanos a la calle, a pedir la venia para que María señoree la ciudad del apóstol con Su presencia.
Volveremos a pasar ante las ánimas en su templo que guarda una Esperanza y a recorrer el Preguntoiro para alcanzar la Caldereiría donde sólo la palillera será la que suene. Y es que si la salida de Su casa es complicada, la calle prieta,  donde apenas caben dos suspiros y medio entre el paso y el granito de las paredes, no permiten andar de otra forma que no sea con la voz del capataz, que a partir de aquí se quedará afónico, y el racheo del calzado de quienes son sus pies. Y de nuevo nos daremos de bruces con la imponente fachada del colegio de las huérfanas donde los rezos de los estudiantes cobijan la Misericordia.
Del Toral a Gelmírez tendremos a la vista la torre de la Trinidad donde el reloj nos recuerda que ya llevamos un buen rato en la calle mientras los suspiros se pierden en la noche, una calle más arriba, en Santa María Salomé.  Y en Gelmírez volveremos a detenernos, a tomar aire, a prepararnos para lo que viene. El aire encañonado entre las fachadas de las casas y el muro de San Paio trae un murmullo incesante. Un murmullo que nos cuenta, aún sin verlo, que Compostela aguarda paciente por Su Humildad en esa cuesta de la Conga, en la que nos vamos a dejar el aliento para llevarla hasta arriba, hasta el Preguntoiro otra vez donde todos esperan a que el capataz mande arriar para aplaudir el esfuerzo de los hermanos, que la han llevado en una sola chicotá hasta arriba, y el de la Amargura, que no ha parado de tocar empujando a golpe de corcheas todo lo que puede y lo que no puede el paso de María.
Y llegaremos de nuevo, una vez más a nuestra Rúa Travesa, a Su casa,  que en apenas unas horas parece haber encogido. ¿De verdad cabe tanta gente en esta calle? Y todos volveremos a contener el aliento cuando veamos rozar las potencias de la corona en el dintel de la puerta y entonces, sólo entonces, volverá a sonar el himno nacional para despedir a la Reina del Lunes Santo hasta el próximo año.
Esto, en definitiva, es lo que hoy se ha firmado: recuerdos, momentos, experiencias, emoción.... Gracias a nuestra Hermandad de Lunes Santo, la compostelana Humildad, por este regalo: la Pasión en Compostela. Gracias  por la confianza depositada un año más.
 VA

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